martes, 10 de mayo de 2011

Thor de Kenneth Branagh

El shakespeariano Kenneth Branagh se pasa a dirigir cine de superhéroes, con todo lo que ello conlleva, por medio de uno de los clásicos de la Marvel, Thor, y la cosa no le ha salido muy bien.
Como director quiere aportar su experiencia tras la cámara en las obras clásicas que ha realizado, para ello se basa en las relaciones interpersonales, siendo las paterno-filiales y fraternales en las que se hacen mayor hincapié. Ahí se concentran los temas importantes: lealtad, confianza, envidia, celos, odio; y todo por conquistar el trono de Asgard, y con él los 8 mundos subordinados, en el cual reina Odín. Para él hay dos aspirantes, ambos hermanos, Thor y Loki, así que todo está servido, ya que Loki sabe que siempre estará por detrás de Thor. Para obtener su puesto se ayudará de las malas artes, haciendo que Thor sea desterrado de su reino, por lo que es enviado a la Tierra y se convierte en mortal al ser desposeido de su martillo, que se convierte en un avatar de Excalibur.
A partir de aquí, ya se puede uno imaginar que es lo que pasa, todo más que visto y con pocas sorpresas. Las batallas no están bien rodadas, todo se encuentra muy embarullado (mención aparte la que tiene lugar con sus colegas en la Tierra, parece todo un chiste) y la historia de amor es simple y sosa a más no poder.

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