lunes, 13 de junio de 2011

The wire, cuarta temporada

El desarrollo de esta cuarta temporada se puede dividir en tres bloques temáticos: el control del narcotráfico en las esquinas, las elecciones a la alcaldía de Baltimore y sus consecuencias, y la educación en los institutos del oeste de la ciudad.
En las esquinas, citando a Lampedusa, todo ha cambiado para permanecer igual. Tras la desaparición de Avon y Stringer Bell, es Marlo comanda las esquinas del oeste; aún así, sigue habiendo pequeños grupos que intentan salirse de su control, como pequeños rateros y el grupo de Bodie. Marlo, a través de sus lugartenientes Chris y Snoop, van sembrando de cadáveres la ciudad, a los que meten en casas desahuciadas y les dan cal viva; para ser uno de los muertos vivientes simplemente hay que mirar mal a Marlo, ya que actúa sin freno alguno, todo es carne de saldo para él. Así que le saldrá un competidor, Omar, quién si no, en un desarrollo donde habrá algo más que roces.
En las elecciones, la pugna entre el negro Royce y el blanco Carcetti, cada vez se ajustará más en las encuestas, hasta que en el día de las elecciones saltará la banca, y todo el régimen anterior se hará añicos; todos quieren mantener su puesto y el resto quiere obtener ese mismo puesto. El equipo entrante se dedicará a dar una nueva imagen de gobierno, renovando los puntos negros en la ciudad, y también se encontrán sorpresas desagrables a nivel de presupuestos que le harán dudar entre dos opciones de gran importancia.
Y por último, la educación. ¿Pueden educar y formar a unos niños cuyo futuro ya está escrito en las esquinas? Pryzbylewski, como profesor de primaria, y el excomandante Bunny Colvin, como asesor en un proyecto para niños carne de cañón, se ponen a la tarea en la misma escuela. La pandilla de chicos sobre los que se centra la acción, nos dará una radiografía de lo que sucede en el mundo adulto, donde encontramos todos los posibles roles que nos depara la sociedad; de aquellos polvos vinieron estos lodos.
Y convergiendo en todos los asuntos, aparece el gran Lester, dispuesto a ejecutar la ley hasta las últimas consecuencias.
El final de esta cuarta temporada nos deja grandes interrogantes que, me imagino, se dilucidarán en la quinta y última temporada. Considero que la cuarta temporada es una de transición, aunque por supuesto, de una gran calidad y un desarrollo, como siempre, ejemplar.

2 comentarios:

  1. Comparto en gran medida este análisis de la cuarta temporada de “The wire”. Discrepo sólo en una apreciación: para mí, calificarla de “transición” no es del todo justo; creo que (con todas las reservas lógicas que cabe imaginar al hablar de tan magna obra) es una temporada fallida. Sí, ya lo sé: es ésta una herejía imperdonable; pero así la considero. Y explicaré el motivo.
    Tras tres años de disección certera y precisa de los bajos fondos de Baltimore (que abarcan, ya sabemos, desde los muelles hasta los altares del poder; desde la policía hasta los yonkis más harapientos), le ha llegado el turno a otro saco sin fondo de la Norteamérica actual: la educación. Y ahí es donde estalla el primer patinazo de la temporada: si hasta ahora cada aspecto de la decrépita estructura social de esta ciudad (y por extensión, de los USA) había sido abordado casi rozando la perfección (los políticos, los mandos policiales, sus subordinados, los jefes del negocio de la droga, los pequeños camellos de las esquinas, el sindicalismo portuario y su supervivencia…), en esta ocasión el ámbito educativo aparece casi esbozado, con personajes menos intensos en sus rasgos personales; de hecho, recurrir a dos antiguos policías (Colvin y Prez.) para liderar la voluntad de cambio en la política educativa es cuando menos hilarante.
    Frente a este nuevo hilo temático (débil, insisto), la trama central, la que recorre toda la osamenta argumental, sigue su intenso ritmo con la consolidación de los nuevos personajes, más brutales si cabe, y la constante presencia de los ya habituales: el (en principio) inmutable y hierático Marlo (cuyo perfil crece a lo largo de los treces episodios, hasta mostrarse finalmente como un serial killer indirecto estremecedor); sus esbirros, Chris y Snoop (ejecutores sin piedad de esa violencia extrema habitual en la serie pero que, en su caso, es presentada en esta ocasión siempre con elipsis); Lester, Herc, Kima, el casi olvidado Mc Nulty, sus superiores (Rawls, Burnett), etc.
    A todo sumamos el otro sendero de la historia que se nos cuenta, oscuro y complejo también: la política. No deja de ser interesante conocer cómo funciona la burocracia administrativa por aquellas latitudes, más si cabe cuando hablamos del ámbito local. Buen personaje, Carcetti, con sus promesas electorales casi imposibles de cumplir ante la presión (personal, egocéntrica) de alcanzar lo más pronto posible un puesto relevante en Annapolis (nada nuevo, por cierto, para quienes habitamos en la piel de toro; de zancadillas y rodillas hincadas en el suelo de despachos sabemos mucho, por aquí).
    Y aún hay más: Omar. Y Bubbles. Dos personajes que son por sí solos tramas individuales de la serie. El primero, en esta temporada, aparece algo más desdibujado, más repetitivo en su planteamiento: el robo que perpetra al Sindicato es un Macguffin innecesario, en mi opinión; una excusa un tanto simple para hacer avanzar los capítulos. Y con Bubbles ocurre algo similar. No tengo la impresión de que el personaje crezca a lo largo de los últimos capítulos, pese a la inesperada secuencia del interrogatorio. Cada vez es más un muñeco de cera (visualmente hablando).
    Marlo, Carcetti, McNulty: ellos son los verdaderos 2cliffhangers" de la última temporada. A ellos nos agarraremos para afrontar el final de esta épica historia.

    P.D.: ¡Es usted el rey del spoiler, caballero!

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  2. Pues parece evidente que la política de EE.UU. no difiere mucho de la de aquí, sólo interesa el beneficio personal, al igual que ocurre en las esquinas, llevándose por delante a quien haga falta.
    También estoy de acuerdo de tanto Omar y Bubbles se encuentran algo desdibujados en esta temporada, aunque ambos tendrán una final bastante divergente en la última temporada. No escribiré spoilers sobre ello, je, je.

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