Cars 2 de Brad Lewis y John Lasseter

Estaba claro que "Cars 2" lo tenía fácil para superar a su antecesora, "Cars" es una de las películas más simples y flojas de Pixar, y así ha sucedido, lo cual no significa que nos encontremos ante una buena película, es simplemente entretenida y, a ratos, divertida. Esta segunda parte se convierte en un crossover de Bond con Hitchcock, un cine de aventuras y espionaje donde el protagonismo recaerá sobre un falso culpable.
Si en la anterior todo el peso de la película estaba enfocado en el proceso de madurez de Rayo McQueen, gracias a la pandilla de amigos de Radiador Springs, ahora es Mate - como un Cary Grant en "Con la muerte en los talones" - quien focaliza toda la acción, ya que por error es confundido por un agente especial al haberle colocado en su chasis un dispositivo con toda la información recabada por el auténtico espía y su gran conocimiento sobre coches debido a su trabajo de remolque. Es por ello que será el único, en colaboración con el experto espía Finn McMissile y la novata Holley Shitwell, en poder desbaratar un complot global de los coches antiguos y tartanas que aún existen en el mundo sobre los de última generación.
Mate se ve involucrado en esta situación ya que sale en defensa de su mejor amigo, para defenderlo de las acusaciones del F1 Francessco Bernouli, quien afirma que Rayo no se atreve a competir contra él en el Grand Prix Mundial, donde competirán los mejores coches de carrera de cada una de las distintas especialidades de motor a cuatro ruedas. Una vez aceptado el reto por Rayo, Mate acompañará al equipo en las carreras y la acción se pone en marcha. Estas pruebas se desarrollan en Tokio, Porto Corsa y Londres, todas ellas magníficamentes retratadas, tanto en las localizaciones como en las particularidades culturales de cada una de ellas.
Al final todo confluye en la última carrera en Londres, donde Mate salvará a su antiguos y nuevos compañeros de una destrucción segura y resolverá el caso policíaco.