viernes, 11 de noviembre de 2011

Melancolía de Lars von Trier

A Lars von Trier se le pueden poner, sin dudarlo, dos calificativos, genio y bocazas. Para lo primero sólo hace falta citar dos obras maestras como "Rompiendo las olas" y "Dogville", y para lo segundo, su último espectáculo en Cannes este año, donde ha pasado de hijo predilecto a persona non grata.
También en Cannes de este año se presentó "El árbol de la vida", que puede considerarse el negativo de "Melancolía". Si Terrence Malick nos da su visión de la concepción del universo y de la Tierra en particular, Trier nos muestra en unos primeros compases la desaparición de nuestro planeta, mediante unos planos ralentizados espectacularmente plásticos y pictóricos.
Así que sabiendo el desenlace desde el principio, sólo falta llegar hasta él. Para ello contrapone a dos hermanas -Justine y Claire-, cada una con un sentido de la vida opuesto a la otra, dedicando un capítulo a cada una de ellas, aunque la presencia de la contraria siempre está presente.
Todo empieza con Justine, que va a casarse en la mansión del esposo de Claire. Desde el principio se sabe que todo va mal e irá a peor, y Justine sacará a relucir su personalidad ciclotímica, mientras que Claire intentará en todo momento llevar una conducta cabal del espectáculo que protagoniza su hermana. En la segunda parte, cuando el planeta Melancolía se supone que pasará junto a la Tierra pero que nunca se estrellará contra él, los papeles se invertirán, el pesimismo y la futura desgracia hacen que Claire se vuelva voluble y sea Justine la que acepte de manera serena, y a veces con deleite, su fin.

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