viernes, 2 de diciembre de 2011

Wander/Wonder de Balam Acab

Tras el nombre de Balam Acab - El Tigre de la noche, un hombre generado del maíz según la tradición maya -, se encuentra Alec Koone, otro joven veintañero que se dedica a realizar música desde su cuarto.
La portada de su debut "Wander/Wonder" es toda una declaración de intenciones. Una fuente de luz ilumina un pa(i)saje de oscuridad absoluta, aunque sería mejor que en vez de luz fuera una catarata, ya que el agua es un elemento fundamental en el sonido del disco, el cual se usa en distintas texturas: en forma de goteo, de burbujas, del chorro de un grifo, de las olas del mar, ...
Pero no sólo de agua vive Balam Acab, en el disco convergen múltiples y diferentes estilos, dando lugar a ocho cortes eclécticos, pero con base común. En la inicial "welcome" un árido y desasosegante inicio se transformará finalmente en una explosión de júbilo. Las dos siguientes, "apart" y "motion", giran hacia post-r'n'b, destacando la segunda, ya que éste aparece entre medias de un infinito loop hedonista y epicúreo. Le siguen "expect", indietrónica meets violines; y "now time", también del mismo estilo, con ecos que nos recuerdan a los primeros múm. "Oh why" es una canción de cuna sideral; a la que le sucede "await", tema que no desentonaría en el score de "Twin Peaks". Para terminar "fragile hope", donde una placidez ensoñadora, finalmente se hará acompañar por unos poderosos y rítmicos bajos.
Si el genial "Untrue" de Burial se convirtió en la banda sonora perfecta para volver a casa tras una noche sin fin, este "Wander/Wonder" encajaría perfectamente en una mañana primaveral, soleada y despejada para vagar/maravillarse.

2 comentarios:

  1. La música es una combinación, una buena combinación claro, de tres elementos principalmente: la melodía, la armonía y el ritmo. Si alguna de las tres falta o es fallida se cae por la propia ley de la gravedad musical.
    Balam Acab no es músico, es productor, un joven productor para ser más exacto, lo cual le dificulta en su intención: la de componer música (supongo que esa era su intención). Pero ni siquiera es un disco bien producido. Lo que en un principio puede parecer un hilo conductor, como es el agua, acaba siendo una inundación, “encharcándolo” todo y acabando con cualquier atisbo de melodía o ritmo. Si a este unimos los pueriles coros infantiles tan usados en la mas pueril (valga la redundancia) y comercial “new age” el resultado es de lo más simple y simplista.
    Los intentos de melodía y de ritmos son finalmente apagados por las mencionadas inundaciones y otros artificios. Cuando parece que la cosa va a empezar a funcionar, el chaval Alec Koone, que así se llama realmente el “compositor”, lo apaga rápidamente y cambia de orientación de nuevo llamando otra vez al dios de la lluvia
    No sé porque algunos se empeñan en creer y anunciar que hay unos nuevos estilos musicales al oír este tipo de “música”, definiéndoles además con nombres como Witch House, postR&B, postSoul, o postloquesea. Quizás la falta de conocimientos históricos musicales (como desgraciadamente la genérica falta de conocimientos históricos en todos los aspectos de la vida, no solo los artísticos) nos lleva a creer que algo que no se hace desde hace tiempo (quizás por que realmente a casi nadie le interesa) puede interesar hoy en día.
    Dicen que los niños y los borrachos son los únicos que dicen siempre la verdad. Pobre del borracho que oiga esta música. Mientras la oye y la cabeza le da vuelta me lo puedo imaginar con cara de pesadilla y de que se pase todo, la borrachera, la tormenta y la “música”, lo antes posible. Y por poner un ejemplo de niños, diré que mi hijo de dos años, que suele oír y le encanta todo tipo de música, al oírla repetía una y otra vez: ¡ESO NO, ESO NO!

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  2. Evidentemente cada día se clasifica la música de nuevas maneras, además de las que has mencionado está el chillwave, el neosoul, el sadcore, ..., y para mí todo sigue siendo música.
    Y Balam Acab, para mi gusto, hace una música extraordinaria, ensoñadora, emocionante, subyugante, embelesadora, que me atrapa y me abstrae del lugar donde me encuentro, por lo que sólo desee oirla una y otra vez.
    Evidentemente, eso no te ocurre a ti, y aún menos a tu hijo, pero no por ello deja de ser música, simplemente una sucesión de sonidos modulados para recrear mi oído.

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