viernes, 10 de febrero de 2012

Moneyball de Bennett Miller

Cuando leo en el cartel de una película, como es este caso, "basado en una historia real", me suelo echar hacia un lado y ver otra cosa. El cine no es trasladar fidedignamente los hechos acontecidos, sino plasmar historias en una pantalla, así que cuando se quiere narrar lo ya ocurrido, ese trasvase suele ser desastroso.
Pero ocurre que el guion de "Moneyball" lo firman Aaron Sorkin y Steven Zaillian, y eso son palabras mayores. El primero ha sido el guionista de la serie "El ala oeste de la Casa Blanca" y de la mejor película de 2010, "La red social"; y el segundo de "La lista de Schlinder", "Gangs of New York" y la reciente "Los hombres que no amaban a las mujeres".
Es por ello que lo que nos venden como una película de baseball, que también lo es, aunque lo que se ve y oye mayoritariamente sean retales de partidos y un gran trozo de uno de ellos que es especial para el equipo, se centra principalmente en la relaciones personales y en las estadísticas.
El manager general de los Oakland Athletics y antiguo jugador profesional, Billy Beane (un correcto Brad Pitt), ve como su equipo, temporada tras temporada, tiene que vender sus jugadores franquicia para seguir peleando por mantenerse en la categoría, sin ser nunca capaz de dar el salto para ganar la liga. Así que decide arriegarse fichando a Peter Brand (un gran Jonah Hill que le roba la cartera a Pitt en todo momento), tras ver que es él el que le niega un traspaso de un jugador para su equipo ya que sus estadísticas dicen que es mejor que lo que Billy ofrece.
A partir de aquí, el binomio Beane-Brand se convierte en la voz cantante del equipo, gestionándolo a su gusto y poniéndose en contra de todos, inicialmente con los ojeadores y el entrenador, por su forma sui generis de actuar. Es Brand el hombre en la sombra, y el gran desaprovechado de la película, que con sus números hará realidad lo que parece imposible, que las matemáticas estén por encima del criterio de los profesionales, siempre con el apoyo y confianza depositada en el proyecto por parte de Beane. A cambio, Brand descubrirá de la mano de Beane, como hay que comportarse con los jugadores, para bien y para mal, y con todos los que trabajan en el ramo, tanto los del mismo equipo como con los contrarios.
Así que lo que parece una película sobre el baseball, mejora y se convierte en una más que interesante relación mercantil y de (des)confianza entre iguales, siempre en busca del ideal de la perfección en el trabajo, y como no, también en la vida .
P.D.: ¿no les recuerda la canción que canta la hija, a ese gran hit "anyone else but you" de The moldy peaches?

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