sábado, 9 de junio de 2012

The shadow line, primera temporada

La BBC nos propone una nueva historia de policías contra narcotraficantes, aunque esta vez nadie parece ser quien aparenta. La mayoría de los protagonistas tienen una cara oculta que no desean mostar, y menos ser descubierta, por lo que la línea que separa la luz de la oscuridad se hace demasiado fina, tanto que tal como dice uno de los personajes, la mejor manera de sobrevivir en ese mundo es caminar sobre ella.
Todo comienza cuando dos agentes hallan un cadáver tiroteado dentro de un coche, cuyos certeros disparos han debido ser ejecutados por la mano de un profesional, según el análisis de uno de ellos. Luego descubrimos que el finito es Harvey Wratten, un capo de la droga que acaba de salir de la cárcel, junto a su sobrino Jay (Rafe Spall), gracias a un indulto real. Evidentemente este indulto no ha sido concedido por su buena conducta en prisión, sino que algo habrá tenido que soltar por su boca a cambio de su liberación.
A cargo de la investigación del asesinato se encuentra Jonah Gabriel (Chiwetel Ejiofor), un detective que vuelve al tajo tras haber estado de baja debido a que recibió un balazo mientras estaba de servicio junto a su compañero, el cual murió acribillado en ese mismo altercado. Además, la bala se le ha quedado incrustada en su cabeza, lo que le ha provocado una pérdida temporal de memoria del momento en que se produjeron los hechos, por lo que no sabe que estaba haciendo entonces, ni quien fue el ejecutor de los disparos.
Por otro lado Harvey ya tenía preparado el siguiente golpe a realizar a su salida de la cárcel. Para ello había puesto al mando de todo a Joseph Bede (Christopher Eccleston), que a través de una floristería se iba a encargar de pasar la droga camuflada en sus plantas. Pero tras la desaparición de su jefe, será él el encargado de ejecutar el plan, aunque para ello tenga que ponerse en manos de la competencia, ya que ahora no dispone de los medios necesarios.
En medio de todo se encuentra Gatehouse (Stephen Rea), un personaje que vive en tierra de nadie, conocedor de casi todos los planes y subterfugios de unos y otros, y cuya única ambición es controlar de la situación, por motivos que inicialmente desconocemos. Es la persona que maneja los hilos desde la sombra y no quiere perder ese poder.
Con todas esta piezas sobre el tablero, será Jonah quien se ponga manos a la obra para descifrar el complicado rompecabezas que le han endosado, y que también le afectará de forma directa, sacando a la luz las verdaderas intenciones de cada uno de ellos y de él el primero.
Pero aunque todo está bien realizado, con una historia un poco enrevesada y donde se producen muchos giros, quizás demasiados, el problema de "The shadow line" es su credibilidad. No es que sus actores no realicen un buen trabajo interpretativo (el de Stephen Rea es superlativo), sino que en dos momentos puntuales, uno fundamental para el devenir de la acción, los actos que realizan no tienen lógica. Si hubieran actuado de manera racional, la historia hubiera sido otra distinta y el castillo de naipes se hubiera caído con un sencillo soplido.

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