lunes, 24 de diciembre de 2012

El héroe, libro 2 de David Rubín

Para ver la diferencia de lo que nos vamos a encontrar en las páginas de este segundo libro con respecto al primero, sólo hay que comparar sus portadas. Si en el primero, el brazo de Heracles se muestra en perfecto estado para superar una nueva prueba, en el segundo, ese mismo brazo se encuentra en plena combustión.
Todo ha cambiado. Nuestro héroe ya no es aquel muchacho lleno de jovialidad y con ganas de aventuras, sin temor ni miedos a los que enfrentarse, es un personaje al que el paso del tiempo, su propia vida, sólo hace que ponerle zancadillas, cargándole la espalda de responsabilidades.
Hera, sigue haciéndole la vida imposible a Heracles, el hijo que siempre deseó tener, pero que para su desgracia nació fruto de una aventura de su esposo Zeus con una simple mortal. Si antes se ha servido de su alianza con Euristeo, el hermano mellizo de Heracles, y sigue manteniéndola, para intentar acabar con su vida mediante las distintas pruebas a las que le envía, en este segundo libro decide dar un paso adelante e intentar acabar por medio de subterfugios con su vida, eliminando a sus seres queridos.
Y es aquí donde emerge la figura de David Rubín, que si ya confirmaba su espléndido dibujo en el primer libro, aquí nos deleita con su composición de páginas - espectaculares las escenas cinemáticas a doble página -, la utilización de diferentes recursos narrativos y el guión de la historia.
Así, destacamos en la prueba en la que devuelve a Gerión a su botella, la manera en que se narran en paralelo la lucha entre Heracles, Yolae y Gerión y de cómo han llegado los habitantes de Bética a esa situación de desamparo. La bajada al Inframundo de Hades se habilita como una partida de videojuegos, donde hay que ir superando distintas fases, eliminando a sus correspondientes jefes finales. Pero es en el primer capítulo de este libro donde da el do de pecho: es capaz de mostrarnos a Heracles pasando de la mayor de las alegrías, encontrar el amor de su vida, a sumirse en el más profundo dolor, su pérdida, sin ningún tipo de diálogo, todo a base de viñetas que definen cada uno de los distintos estados por los que transcurre esa bajada a los infiernos.
A todo lo anterior hay que sumarle el delicioso uso de las onomatopeyas a lo largo del relato, funcionando tanto como contenido como continente; y el uso de múltiples guiños, que funcionan como referencias perfectamente integradas en la historia, tanto al cómic como al cine. Como claros ejemplos en el cómic se encuentran el "Contraataque del Caballero Oscuro" de Frank Miller en el uso de multiventanas de información, el Atlas-Doctor Manhattan que vive recluido en la cúpula celeste soportando la carga de todos los hombres, ese homenaje final a Jimmy Corrigan, ...;  y en el cinematográfico tenemos la Medusa que emerge de un huevo de "Alien", el inolvidable rectángulo de "2001" del que salen todos los cables hacia Atlas, el inicio de la venganza final de Hera nos remite a los desmayos en sala de "La pianista" de Michael Haneke, ...
Si un héroe es aquel "que lucha aun sabiendo que puede que no gane", Rubín también ha superado todas las pruebas a las que se ha autosometido en este excelente "El héroe".

P.D.: en la web de Entrecómics se pueden encontrar las bases de un concurso de reseñas sobre este cómic, son las siguientes.

2 comentarios:

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