viernes, 28 de junio de 2013

Juego de tronos, tercera temporada

Leyendo el póster adjunto a esta entrada para la tercera temporada de  "Juego de Tronos", podemos confirmar que no existe refugio ni para la tormenta ni para nada. No hay fortaleza invencible, Daenerys hace caer más de una; ni castillo aliado en el que uno pueda sentirse seguro, los Stark pueden dar fe de ello.
De nuevo, volvemos a tener nuevos personajes con los que familiarizarnos, aunque no tienen tanto peso como las incorporaciones de la segunda temporada. Así que nos centraremos en lo fundamental, en unas cuantas líneas es imposible abarcarlo todo.
Lo que parecía que iba a ser un juego de niños para los Stark, acabar con los Lannister y cobrar venganza por la decapitación del patriarca, cada vez se complica más, hasta alcanzar extremos insospechados; el mejor episodio de la temporada, "Las lluvias de Castamere", vuelve a demostrarnos porque esta serie es espectacular e imprevisible, cosa que ya nos dejó claro con el también noveno episodio de la primera temporada, "Baelor".
Y todo ello no es gracias al rey, ese niñato repelente, engreído y odiable que es Joffrey, sino porque al mando de todo se encuentra su abuelo Tywin, que aunque echemos de menos sus charlas con Arya de la temporada anterior, ahora tiene la capacidad de departir y repartir para con toda la familia, simplemente extraordinaria la interpretación de  Charles Dance, que hace enmudecer con su sola presencia a cualquiera de los presentes. Desde su posición de Mano del Rey, hace y deshace a su gusto, manejando los hilos para que todo quede bien atado y cualquier represalia, presente o futura, se convierta en aguas de borrajas.
Pero es Jaime Lannister el personaje que nos da la sorpresa. Cómo íbamos a pensar que tenía corazón, compasión y sentido de amistad y dela responsabilidad. La extraña pareja formada junto con Brienne, nos muestra su cara más amable, si es que alguna vez pensamos que la tuviera, generando ellos dentro de la temporada una singular roadmovie, donde cada uno nos irá mostrando nuevos matices y perfiles que nos desconcertarán.
Y como nexo de unión entre ambas familias hayamos al maquiavélico Roose Bolton, un hombre que en esta temporada siempre pesca en río revuelto. Cualquier oportunidad que se le presenta en donde puede obtener un beneficio no la deja pasar, para él no existe ni el honor ni la amistad, cosa que también ha aprendido su bastardo Ramsay Snow, un despiadado personaje que es capaz de superar en retorcimiento a Joffrey; el pobre Theon Grejoy puede dar fe de ello.
En cambio, esta temporada Daenerys no ha brillado salvo en momentos puntuales, tremenda en el episodio "Y ahora la guardia ha terminado", aunque a su alrededor sí ha habido movimientos. Su séquito de consejeros ha aumentado bastante, por lo que el protagonismo del siempre leal Jorah se ha visto eclipsado. Veremos como evolucionan esas relaciones laborales a lo largo de la próxima temporada.
Y nos queda el frío invierno tras el Muro, del que unos quieren escapar a toda costa y otros no tienen más remedio que adentrarse en él. Mientras Jon Snow hace de infiltrado en las huestes de los salvajes, la relación que mantiene con Ygritte se va consolidando poco a poco, aunque ella tiene claro en que bando se encuentra, y no es el suyo. Esta singular relación, tras pasar duras pruebas, llegará a su punto de ruptura, ambos saben que lo suyo es amor aunque sus objetivos sean contrapuestos, donde el sentido de la responsabilidad pesará más que el deseo. El mismo que hace que Sam Tarly huya con con una de las múltiples hijas de Craster, Gilly, en la rebelión de los Vigilantes y tenga el valor de enfrentarse a lo desconocido sabiendo de su inferioridad. En sentido contrario se encaminan Bran y compañía. Sus visiones del cuervo de tres ojos le confiere una misión a realizar, a la que se unen los hermanos Jojen y Meera, lanzándolo hacia su mayor aventura.
"Juego de tronos" sigue manteniendo su esencia primigenia y, además, tiene la capacidad de sorprendernos constantemente. Nos revela nuevas cualidades de sus personajes, estableciendo relaciones afectivas donde sólo podía existir venganza y odio y viceversa; en un mundo con infinitas posibilidades, donde nadie es imprescindible, lo que hace que encariñarse con alguien sólo pueda traer disgustos.
A la espera de que Daenerys salte el charco con sus mascotas y su ejército invencible, los lazos de poder en Poniente parecen estar atados, aunque doy por seguro que estoy equivocado.

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