jueves, 12 de septiembre de 2013

Mud de Jeff Nichols

El amor. En una relación de pareja, ocurre algunas veces que los sentimientos entre ellos pueden ser divergentes, o peor aún, contrarios, ya que la percepción que cada uno de ellos tiene del otro, debido a la enajenación del enamoramiento, no puede ser más dispar, por lo que la separación llegará en algún momento. En cambio, el amor que profesan los padres hacia sus hijos, es indestructible e incondicional. De estos amores beben la mayoría de los protagonistas de esta genial película.
Todo comienza con un viaje clandestino en barca hacia lo desconocido por dos adolescentes, Ellis y Neckbone, inmensos Tye Sheridan y Jacob Lofland, atraídos por la noticia de que hay un barco en la copa de un árbol en una isla desierta, - ¿un posible efecto colateral de "Take shelter"?, la fantástica y terrorífica película anterior de Jeff Nichols.
Una vez que la aventura comienza, ya no hay marcha atrás. Si el azar puso el barco allí, no le pasa lo mismo a su morador, Mud (revelación, Matthew McConaughey sabe actuar). El se encuentra allí varado esperando a otra persona para escapar de lugar, y no le queda más remedio que apoyarse en sus nuevos compañeros para que su plan siga adelante.
Tras este encuentro, toda la película gana en complejidad, aunque nunca se enreda, saltando de género en género - thriller, aventuras, romántico, policiaco -, con fluidez asombrosa; tratando los valores fundamentales sobre los que deben basarse las relaciones: amistad, confianza, respeto, lealtad, compromiso; sin que suene impostado.
Hasta ese final imperfecto, un epílogo que resta contundencia a la película, sabe a gloria. Amor de padre.

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